El pasado fin de semana  falleció en un fatal accidente de tráfico en Lleida, Artur, el hijo de nuestros amigos Conxita Tarruella y Josep Maria Fornós (falleció el viernes 6 de septiembre).

 

Artur era un luchador que vivía intensamente. La aparición en su vida, desde muy joven, de la esclerosis múltiple, le obligó a superar muchas barreras. Nunca se detuvo. 

 

A menudo el diagnóstico de una enfermedad como ésta, acostumbra a generar una rotura en el ciclo de vida de muchas personas. Reponerse, aceptar y retomar la vida, no es fácil. Él trabajó incansablemente para finalizar  los estudios y abrirse un camino profesional como abogado de reconocido prestigio en Lleida, y lo consiguió. Pertinaz y  constante, sentía pasión por su trabajo.

 

Amigo de sus amigos, compartía con ellos su pasión por la música. Viajaba a Inglaterra  siempre que podía, amante de sus costumbres, su estética y modo de ser. A su lado, tuvoa Maribel, una compañera que le dio siempresu incondicional apoyo.

 

El trágico accidente ha provocado una gran conmoción en su ciudad, en las personas que lo conocíamos y tuvimos la suerte de poder compartir con él todos estos años, y que le queríamos.

 

Su marcha ha sido un impacto, que nos ha dejado a todos desconcertados y muy apenados. Y lo es doblemente, porque su entorno más inmediato, estaba profundamente  implicado en la lucha contra la enfermedad que padecía. La familia Fornós-Tarruella ha contribuido desde el mundo asociativo, sensibilizando a la sociedad, y de forma determinante desde diferentes ámbitos para “normalizar” y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas de esclerosis múltiple. 

 

Artur fue el motor que motivó que su entorno impulsase muchas iniciativas, que ahora y en el futuro ayudaran a muchas personas, que como él conviven a diario con ésta enfermedad. Su marcha nos produce un intensodolor, pero su legado a esta causa le perpetúa en todos los que trabajamos para combatir los efectos de la esclerosis múltiple.

Hasta siempre Artur. Un fuerte abrazo.